Adjunto texto preparado para el discurso realizado por Eloy Reverón en el Concejo Municipal de Caracas, durante la apertura de la exposición de los artistas caraqueños en homenaje a Francisco de Miranda durante la celebración de su natalicio.
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El culto al héroe adquiere sentido y su justa dimensión cuando se asume como un compromiso ético con la comunidad histórica para continuar su obra. |
Me han honrado con la
responsabilidad de hablar brevemente, de un hombre que vivió una de las vidas
más intensas en los espacios geográficos más diversos del mundo y en los
momentos más cruciales en la crisis de las tres revoluciones burguesas de su
tiempo, las cuales fueron registradas de manera magistral, con la más sólida formación y vocación
enciclopedista, en su archivo personal, hoy día reconocido como patrimonio documental de la
Humanidad.
Ante un tiempo y
espacio en cuya relatividad se balancean los testimonios de su vida, y los
escasos minutos que me otorgaron para hacerlo, me queda la alternativa de
traerlo y compartido en lo más íntimo que podemos compartir con un personaje
semejante. Nuestra identidad caraqueña.
Pensemos por un
instante, qué significa la palabra identidad
¿Qué podemos reconocer como
idéntico entre nosotros caraqueños de 2016 en el siglo XXI, colocados de frente
con un caraqueño de 1750 que salió a recorrer el mundo antes de cumplir los
veintiún años en el siglo XVIII.
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Portada y contraportada del próximo libro del
Historiador sobre algunos aspectos del pensamiento
del Prócer |
La identidad se nos
presenta en la respuesta a la siguiente pregunta: ¿De dónde venimos? En nuestro
documento de identidad lo describe directamente en los apellidos de nuestros
padres y más allá el nombre completo de ellos que nos lleva por la ruta de
nuestras propias raíces.
Francisco de Miranda
Ravelo Rodríguez Espinoza. Estirpe de las Canarias en el África insular.
Comerciante, hijos de vientres judíos conversos, como son los Espinoza y los Ravelo.
Pero más allá del oficio que le valió el desprecio por la arrogante
aristocracia mantuana. No debemos olvidar que de esa estirpe canaria está
conformada gran parte de la ascendencia de nuestra ciudad capital.
Cuando un pueblo
decide conmemorar una vida, es porque ha hecho un balance sobre los logros de
esa vida y las metas que le quedan por alcanzar a ese pueblo que lo conmemora.
Esa es la premisa de la cual partió el cronista de Caracas que más ha hecho por
la identidad de la ciudad, sin perder de vista la estrategia de una historia en
función de la emancipación de las mentes coloniales.
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Enrique Bernardo Núñez
(1895-1964) |
Enrique Bernardo
Núñez fue talvez el único historiador y cronista de Caracas que rompió el molde
propio de estos actos conmemorativos trascendiendo el aspecto episódico del
héroe, porque no se interesó tanto en dar a conocer los detalles de su vida en
la corte de Rusia, o si fue afortunado en el amor, si fue mariscal de Campo
durante el proceso revolucionario de Francia, o la forma tan inteligente como
logró salvar su cuello de la Guillotina. Este historiador no perdió de vista lo
esencial, lo que aún se mantiene vigente. Me refiero a la verdadera vinculación
de un pueblo con sus héroes. El compromiso ético que implica la conclusión y
mantenimiento de sus obras.
En el caso que nos
concierne estamos hablando de la investigación histórica como una estrategia
para alcanzar el objetivo primordial del Plan de la Patria, consolidar el
proceso de independencia. Saber hasta qué punto nos estamos acercando al logro
de la independencia integral como continuación de la lucha iniciada por
nuestros héroes.
Ha sido costumbre
rendirle homenaje a la vida y a la obra de los héroes con toda la solemnidad
del caso. Sin restarle grandeza a la dimensión del personaje, vamos a asumir el
reto de enfocar la cuenta de la investigación desde la identidad caraqueña como
estrategia política dentro del proyecto histórico al cual dedicó su vida
Francisco de Miranda.
Entonces ser un
caraqueño criado a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, no era
algo tan simple como estar identificado con una pequeña aldea de una capitanía
general del imperio español en América.
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Esto es lo que la Historiografía Procolonial
encubre |
Con esta ciudad de
Caracas están identificados los hombres que realizaron históricamente el
proyecto de emancipación. Desde sus inicios, personajes formados en la
Universidad de Caracas, tales Francisco de Miranda, en la biblioteca del padre
Carreño como Simón Rodríguez, Andrés Bello, formado en la biblioteca de Miranda,
o Simón Bolívar, y Antonio José de Sucre que vino de Cumaná para estudiar
ingeniería militar en la academia de matemática.
La idea que queremos
divulgar consiste en identificar la distancia entre la Caracas de este grande
hombre 1750-1816 y nuestro presente en virtud de los logros emancipadores que
aún están pendientes en la agenda de la historia.
La vida de Miranda,
como lo dijo el Cronista de la identidad caraqueña es el tema de La Libertad.
Recordaba Enrique Bernardo Núñez que “A doscientos años del nacimiento de
Miranda el gobierno colonial tiene furiosos defensores entre nosotros. La mente
de nuestro país es y sigue siendo colonial.” Después de doscientos sesenta y
seis años no sabemos a ciencia cierta cuantos herederos de esas mentes
coloniales quedan.
¿Cuál es la Caracas
que identificó a estos hombres de mundo que partieron todos para no regresar
vivos? Pareciera contradictorio. Los historiadores inclinados a la colonialidad
del poder lo sitúan como a un extranjero porque vivió más de cuarenta años
fuera de Venezuela. ¿Qué tiene Caracas? Cuál es su encanto, que tienen que
preguntárselo a un poeta, como le respondió a mi primo un Boxeador a quién le
habían formulado esa pregunta.
Pero no lo vamos a preguntar a los poetas, se
lo preguntaremos a nuestra historia. ¿Qué tiene Caracas? Un compromiso ético
que nos impone la identidad con nuestra comunidad histórica.
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Es necesaria una revalorización del culto a los Héroes |
Son dos Caracas en
una, aquella que había surgido de la explotación de la mano de obra esclavizada
que conformó a los grandes cacaos bajo la dinastía de los Borbones y dio
espacio para la llegada de libros y la conformación de una rebeldía que se
oponía al intento por parte de la Corona española, de monopolizar y controlar
por la vía de la fuerza de las armas y de la Compañía Guipuzcoana, la actividad
económica de la Capitanía general. Ella encontró a la rebeldía de otros
canarios de la Candelaria como fueron Juan Francisco de León, Mikaela Delgado y
Salvador Delgado Espinoza. Que no fueron antecedentes de la independencia como
ha sugerido la historiografía procolonial encargada por la Oligarquía
Conservadora para justificar su dominio. Fue el antecedente de una explosión
social que duró un siglo, de revueltas políticas, en busca de una justicia
social no definida, o sintetizada en la palabra Revolución.
La otra Caracas,
aquella que se inundó con la llegada del petróleo, extraído por otra Guipuzcoana, pero ahora petrolera, de la
que ha surgido este mundo complejo de enfrentamientos contra el mundo de los
grandes cacaos de la meritocracia que no pudieron entender, que aquella Caracas
de Francisco de Miranda, de Juan Francisco de León, sigue siendo la Caracas
Rebelde que niega a dejar olvidar su memoria histórica detrás de las películas
de vaqueros y de INDIOS, donde el invasor siempre el bueno. No, nos negamos a
olvidar nuestro compromiso con la historia, y con aquellos de nuestros
antepasados que siempre lucharon para alcanzar la Libertad, la Unión, la
Integración para alcanzar el noble objetivo histórico trazado en el Plan de la
Patria, la consolidación de la Independencia Integral para incluir a todos en
ese ideal de la Vida Plena que resucitó el Comandante Chávez en el proyecto
político del Libertador Simón Bolívar.
Muchas Gracias
GDC,
Caracas 28 de marzo
de 2016