No es lo mismo gente simple que gente sencilla.
La gente simple es gente simplificada, reducida por un sistema de explotación
que especializa muy bien a la gente para los fines que tiene previsto. Lo más
importante para este sistema es que la gente consuma la mayor suma de
chucherías posible. Ya lo dijo el presidente Bush ante los escombros de las
Torres Gemelas: “consuman, consuman, consuman”. Ante las ruinas del Centro
Mundial del Comercio, el lugar de reunión de los coordinadores del consumo mundial
que gastaron el año dando giros de timón a la economía esperando que sucediera
algo extraordinario. Ya lo había dicho el historiador Enrique Bernardo Núñez en
su discurso de incorporación a la Academia Nacional de la Historia. Estamos
ante las ruinas de una civilización, y los venezolanos debemos poner en tensión
nuestro espíritu como el arco de nuestros antepasados. Nuevas formas de
conquista se ciernen sobre nosotros. Han transcurrido casi setenta años desde
entonces, y la gente sencilla apenas comienza a dar cuenta de ello.
|
Simón Bolívar Manuel Gallardo |
Para que la gente sencilla consuma chucherías
no es necesario obligarla. Solo se requiere simplificarla para poder dividirla,
dividirla para poder debilitarla. Para debilitarla es necesario asustarla.
Asustada está lista para obedecer las inducciones hipnóticas. ¿Cómo puede saber
el sistema la diferencia entre la gente simple y la gente sencilla? La gente
simple, simplemente pica el anzuelo apenas olfatea la carnada, come con los
ojos cerrados. La gente sencilla en cambio observa y prepara lo que va a comer.
Mastica muy bien antes de tragar. Selecciona lo que va a digerir, excreta lo
que no va a necesitar. La gente simple no necesita recetas de cocina, la gente
simple está lista para servir.
Para producir la mayor suma de chucherías
posible es necesario que la gente esté esclavizada. Para esclavizarla lo
primero que hay que hacerle creer que es que es libre. Para hacerla creer que
es libre es suficiente sustituir su identidad. Sustituir la imagen de sus
padres con la imagen de un padre postizo, y si no tiene padre es más fácil
encontrar la prótesis de un sustituto. ¿Cómo puedes hacerle creer a la gente
sencilla que es libre después de haberle matado a su libertador? Sacarlo del
olvido y contar una gran epopeya. Repetirla igual todos los años.
¿Por qué implantar un nuevo sistema de
esclavitud si ya habían acumulado suficiente capital? El capital nunca será
suficiente. Además llegó el tiempo cuando resultó más barato alquilarlos que
comprarlos. Alquilados consumen algo. Comprados había que alimentarlos. El
general Páez vendió al Gobierno sus esclavos para después alquilarlos. La nación
era libre, no se veían las ataduras de las deudas. La gente simple gritaba
libertad, sin saber que después todo sería como igual, pero con otro nombre.
|
Bolívar desde la Logia Ciudad Bolívar |
La gente simple teme a que le quiten una
libertad que no ejerce. Cree que el pasado está atrás como un ancla que no le
deja avanzar al progreso. La gente sencilla intuye que el tiempo es uno solo y
que Bolívar vive en la unión, la integración de todo lo que simplificaron,
redujeron para dividirnos, esclavizarnos y llevarse todos los recursos de la Tierra
de Gracia, como siempre haciéndonos el favor de salvarnos, civilizarnos,
transferirnos tecnología y llevarnos a empujones hacia el progreso.
La gente simple saca a ventilar su bandera para
cumplir con El Decreto. La gente sencilla ondea su bandera orgullosa de tener
un lugar de adscripción, una referencia sagrada antes de comenzar el partido de
pelota, de identificarse con un ganador en las competencias deportivas mientras
que la gente simple levanta los hombros pensando en eso de libertar cinco
naciones como una medalla olímpica mientras que la gente sencilla suspira con
nostalgia por un Libertador que unió a la gente e integró la Patria para
comenzar a liberarla, mientras que sus herederos enemigos la dividieron en seis
pedacitos para que todos pudieran
manosearla.