La
caída de Constantinopla bajo el dominio de los turcos, privaría a la periferia
del mundo mediterráneo de la posibilidad de comerciar con China y la ruta del
centro comercial mundial de 1453, y todas las fuerzas históricas que se
desataron de esa circunstancia. Allí está la importancia de un hecho
transcendental que ha sido motivo para establecer un antes y un después
distintos, lo que marca un nuevo rumbo a la historia. En el caso de la Edad
Moderna, el nacimiento de una nueva civilización. La civilización europea.
Llamada también Occidental, aunque desde nuestro punto de vista se encuentra a
nuestro oriente, tal como la China nos queda hacia occidente, aunque nuestra
mentalidad colonizada la piense como si estuviéramos en Europa.
Vamos
a reflexionar un poco sobre la civilización moderna, más allá de lo que hemos
comentado en relación a la Edad Moderna y la Modernidad. Civilización Moderna
desde la perspectiva del establecimiento de un orden civilizatorio que gira en
torno a valores diferentes a los del mundo antiguo o de lo que ellos llamaron
Edad Media.
En
el DRAE, moderno está identificado como un adjetivo perteneciente o relativo al
tiempo de quien habla o a una época reciente. ¿Y entonces contemporáneo?
Contemporáneo de la misma época. Francois Gizot (1787 1874) historiador francés
nos habla de civilización europea como la civilización que surge de las ruinas
del Imperio Romano. Ya para 1839, fecha de publicación de la versión en español
de su Historia General de la Civilización Europea o (Curso de Historia
Moderna), establece en el mismo subtítulo un período comprendido entre la caída
del Imperio Romano hasta la Revolución Francesa. Lo relevante es que revela un
sentido civilizatorio de Europa.
Alude
Gizot a una vinculación con la “perfección de la vida social, el
desenvolvimiento de la sociedad propiamente dicha, de las relaciones de los
hombres entre sí. (…), la más viva actividad, y la mejor organización de las
relaciones sociales: de una parte una producción siempre en aumento, de fuerza
y de bienestar material, y de otra la más equitativa distribución de ese mismo
bien estar entre todos los individuos de la sociedad.” (p12) No hace falta
ahondar mucho en la lectura ni en el análisis del discurso de este historiador
para darnos cuenta de que la idea de civilización moderna está vinculada al
mundo surgido de las ruinas del Imperio Romano. Pero sobre todo a la presencia
de una vida de mayor entendimiento donde el individuo goza del bien estar
social, generado por esa fe en el progreso. Pero eso es en 1830, y en Francia
habla de humanismo como algo propio de la vida en la ciudad, pero como algo que
se hace presente pero sin pensar de dónde llegó ese humanismo.
En
su lugar Gizot asume esta posición: “Va por fin la civilización europea,
permítaseme decirlo, de acuerdo con la verdad eterna, ha entrado por fin en el
vasto plan de la providencia: marcha de conformidad con las miras del Ser
supremo. Tal es el principio racional de su superioridad” (pp 37-38)
En esta imagen, el pintor Eugène Delacroix, ilustra la IV Cruzada, precisamente sobre Constantinopla |
1.- La organización municipal; 2.- El
patronazgo militar; 3.- La invasión
agarena (árabe)
Gizot
habla de las cruzadas como un hecho universal y europeo, la cristiandad como un
elemento común de la Europa como nación. ¿De dónde viene ese fervor por
conquistar los lugares santos? Cuando en el siglo XIII los musulmanes avanzan
sobre Asia, ya nadie quiere conquistar Tierra Santa. En todo caso son empresas
particulares y aisladas. Se pregunta Guizot ¿qué ha pasado?, el odio ciego
hacia los musulmanes reflejado en las primeras cruzadas ya no está presente,
por ejemplo en las crónicas de Guillermo de Tiro. No parece percatarse Gizot
que este hombre es nacido en 1130, y pertenece a una segunda generación de
cristianos establecidos en Jerusalén. …, nos dieron las cruzadas por primero y
principal efecto, la emancipación del espíritu, un grande adelanto en los
conocimientos, mayor extensión en las ideas, mucha más libertad en
emitirlas.”(p.223)
La
reflexión de Gizot avanza hacia el reconocimiento de la existencia, no solo de
una cultura diferente, sino más adelantada. En la siguiente página se acerca al
asunto sin rodeos. “Halláronse en contacto no solo con dos civilizaciones
diferentes, sino mucho más adelantadas que las de su patria: tales eran el
pueblo griego, y la sociedad musulmana.(p224)
Da
cuenta de las investigaciones de Jean Pierre Abel-Remusat (1788 1832) pionero sinólogo
francés quién menciona a los primeros lazos diplomáticos y comerciales que
establecen los europeos a partir del siglo XII, da razón de religiosos
italianos, franceses y flamencos, se vieron honrados con misiones diplomáticas
en la corte del Gran Kan. A partir de allí, numerosos viajeros y aventureros
que regresaron a Europa con sus historias y con el respectivo aprendizaje de aquellas
culturas.
Pero
el salto cuántico definitivo es percibido a partir de la caída de Constantinopla
y el éxodo de intelectuales griegos a Florencia, con la creación de la
Biblioteca y la Academia Platónica dentro de un movimiento cultural que será
identificado como el humanismo.
Cuando
preguntamos la diferencia entre Modernidad y Edad Moderna. La idea es para que
sitúen a la Edad moderna como un período histórico, y a la Modernidad como el
acontecer, el aprendizaje, las situaciones políticas y geoestratégicas que
sacaron a aquellos reinos europeos Castilla, León y Portugal, impulsados por las finanzas y el talento
Florentino encarnado en personajes como Américo y Simonetta Vespucci, Nicola
Maquiavelo, Pico de la Mirándola, sobre todo este último, el menor de los
Humanistas, financiados por los Medici, después que no podían invertir su
dinero en comercio con la China porque los turcos serraron el paso de la Ruta
para la el comercio de la Seda y las especias de Oriente.
La
modernidad surge en dos caras, la cara dominadora de un Pico de la Mirándola
quien dice que el ser humano puede conquistar el mundo porque dispone con los
medios para hacerlo. Así entran en la modernidad. El tema es que la modernidad
tiene otra cara, la cara que ellos no reconocen como humanos, es el dominado,
el excluido, el indio y todos sus descendientes a quienes llaman sudacas. El
excluido, el otro, no existe para ellos desde su humanidad, los humanos son
ellos, no reconocen, ni al pobre, ni al negro ni al indio como a un igual. Eso
es la modernidad como concepto hegemónico. Latinoamérica es la otra cara, la
olvidada, la excluida de esa modernidad. La historia como concepto estratégico
les dice no, somos transmodernos: trascendemos la modernidad en la teoría
revolucionaria de Simón Bolívar, y todos los filósofos que tras su praxis
revolucionaria han contribuido a construir la filosofía latinoamericana como
liberación. Por allí van los tiros
En
la sala de sesiones de la Sociedad Patriótica, club revolucionario de caracas,
Simón bolívar, en un vehemente discurso, exige la pronta declaración de la
independencia de Venezuela por el Congreso Nacional. Estas palabras fueron
pronunciadas durante la noche del 3 al 4 de julio de 1811
No es que hay dos congresos. ¿cómo fomentarán el cisma
los que conocen más la necesidad de la unión? lo que queremos es que esa unión
sea efectiva y para animarnos a la gloriosa empresa de nuestra libertad;
unirnos para reposar, para dormir en los brazos de la apatía, ayer fue una
mengua, hoy es una traición. Se discute en el congreso Nacional lo que debiera
estar decidido. ¿y qué dicen? que debemos comenzar por una confederación, como
si todos no estuviésemos confederados contra la tiranía extranjera. Que debemos
atender a los resultados de la política de España. ¿Qué nos importa que España
venda a Bonaparte sus esclavos o que los conserve, si estamos resueltos a ser
libres? esas dudas son tristes efectos de las antiguas cadenas. ¡Que los
grandes proyectos deben prepararse con calma! trescientos años de calma ¿no
bastan? la Junta Patriótica3 respeta,
como debe, al congreso de la nación, pero el congreso debe oír a la Junta
Patriótica, centro de luces y de todos los intereses revolucionarios.
Pongamos
sin temor la piedra fundamental de la libertad suramericana: vacilar es
perdernos.
Que
una comisión del seno de este cuerpo lleve al soberano congreso estos
sentimientos.
Esta visión de
trescientos años en retrospectiva no es fortuita. Es una visión estratégica de
la historia. Luce el estratega que puede sentir la independencia como una
consecuencia de la Conquista. Esto que parece trivial, o hasta una locura, es
simplemente la observación del plano temporal histórico, como un inmenso teatro
de operaciones donde se debate la dialéctica de la resistencia y la dominación,
cuando la primera es superior a la segunda, estamos camino hacia la liberación.
Ese el tema de la historia estratégica. Lo pensaremos aparte.
Por ahora nos
interesa dejar sentado, que desde ese movimiento, el de los humanistas está el
menor de ellos, Pico de la Mirandola, quien lanza la idea de que el ser humano
está destinado a la conquista del mundo porque ya posee todas las cualidades y
los medios para hacerlo. Esto sale del mismo lugar en Florencia, de donde sale
Américo Vespucci, a quien debemos el nombre a Nuestra América, como la llamara
por primera vez Francisco de Miranda, y lo acuñara José Martí. El tema es que
es también desde Florencia donde sale la idea de hacerla nuestra. En ese tema
de nuestra es donde está la médula del asunto.
Tenemos entonces
que el llamado descubrimiento de América, es una empresa florentina, están las
finanzas de la empresa, está también la ideología que se acomoda tras ella. El
ser humano dice Pico. El tema es precisamente ese ¿Quién es el ser humano para
el dominador? Simplemente los dominadores, el resultado de aquella empresa,
serán llamados indios, aunque no fueran de La India, se les llamó así porque da
lo mismo cuando se trata del otro, es distinto, el inferior. Pudieron haberlo
llamado sudaca, total desde el punto de vista del dominador da lo mismo, el
otro, la cara del otro dominado no es la cara de un igual, es el rostro de un
dominado, incluso llegaron a poner en duda su condición humana. Hubo la
polémica de si tenían o no alma los indios. De ese debate, desde ambos lados de
la polémica saldrán dos visiones de la historia, la visión del dominador, que
tratará de justificar su dominio; y la filosofía como liberación, como defensa
de la humanidad de los indios. Una historia como liberación. La cual se opondrá
a la colonialidad del poder. Pero ese tema lo vamos a exponer aparte. Por ahora la idea principal, lo que subyace en lo antes expuesto es que mientras América es sometida al poder colonial, Europa construye las bases del eurocentrismo, la Civilización Moderna.