En diciembre de 1964 ya lo vislumbraba el mismo Mao Zedong (1893-1976). En ese momento afirmó que China daría un paso gigante en las próximas décadas porque después de haber superado el estigma de ser catalogada como la enferma de occidente porque la revolución cultural de Mao había logrado vencer al imperialismo, al feudalismo y al capitalismo partiendo de la “pobreza y el vacío”. Concretamente predijo que en las próximas décadas. Haciendo referencia al fundador del Partido Nacional Chino Sun Yat-Sen (1866-1825) quien fue el primero en afirmar que China daría un paso gigantesco hacia adelante. Es que acaso como lo dijo el mismo Maoi. No hay en 2021 duda alguna en que China, no solo ha dado un salto gigante como afirmaron ambos estadistas, ¿Es que acaso el proletariado chino no pudo hacer lo que no pudo dar la burguesía de occidente?, tal como lo preguntaba Mao señalando que solo tenían que comenzar revisando la historia de China. Una revolución que comenzó por ser antes que nada una revolución cultural, un cambio colectivo de actitud, una mutación constante como establece el I Ching. Eso que fue catalogado por los estudiosos de la vida y obra de Mao como un romanticismo militar cuando el resultado no fue más que una labor de hormiga, con paciencia china, paz y ciencia estudiando la identidad, la identidad de un país donde convergen más de medio centenar de étnias, donde hay minorías que sobrepasan la cifra de treinta millones de personas. Estamos hablando de una población de 1.400 millones de habitantes. Una sociedad que todavía cambia a pasos agigantados. ¿La clave? El mismo Mao dijo que está en la atención sobre la historia.
La Ruta de la Seda y la franja no es un plan sacado de la manga de un político, es un proyecto que ha venido avanzando probablemente desde antes de hacerse pública la misma revolución cultural de Mao. Esta revolución interpretada superficialmente por el eurocentrismo como un cambio político orientado hacia el culto a la personalidad de Mao que lo presenta como algo pasajero que desapareció con la muerte de Mao. Pero ante la realidad del siglo XXI cabrían varias preguntas ¿Terminó la revolución cultural china con la muerte de Mao? ¿Comenzó realmente la revolución cultural con la llegada de él? ¿Era en realidad la mera “basura capitalista” la que había que drásticamente había que borrar de la mente del pueblo chino? ¿No sería mejor un intento por borrar los efectos de medio milenio de modernidad hegemónica?ii ¿O se trataba de guardar distancia con unos días (tomando en cuenta la antigüedad de la cultura China) entre el tiempo de la Guerra del Opio a los días de la presidencia de Sun Yat-Sen?. No tener respuestas inmediatas a estas interrogantes no deben ser argumento para aceptar como una lección al caletre, la versión que de la Revolución Cultural divulga la BBC de Londres en un elocuente video divulgado en 2017, el cual resume la visión eurocéntrica del tema.iii
Más allá de anacrónicas posturas ideológicas que dividen el pensamiento en derecha e izquierda, están los procesos de investigación histórica que el Gigante Asiático viene realizando silenciosamente desde hace varias décadas y que viene divulgando desde la emisora china de televisión en el idioma de Cervantes, sobre la red de rutas comerciales que se formaron durante el siglo primero antes de Cristo en torno al comercio de la seda. Un levantamiento arqueológico y la reconstrucción de la memoria popular, da espacio para formar una ruta turística en torno a aquellos pueblos que debieron su auge y decadencia durante aquellos tiempos premodernos, cuando China era la economía más grande del mundo.
El foco de atención de este asunto es que a la luz de un tiempo histórico visto en totalidad, da la impresión de que la revolución cultural china, ni comenzó con Mao, y menos que terminó con la muerte de él. Y que el salto cuántico de dio China hasta colocarse como economía más grande y sólida del siglo XXI. La cultura china relativa a los negocios, se traduce en que para china el negocio más importante son los negocios, esa es su virtud como potencia ascendente; en cambio que para la potencia decadente, sus negocios son y han sido la guerra. La primera siembra trabajo y esperanza, la última desolación y muerte.
Alguien levanta la mano y pregunta: ¿Y eso que tiene que ver con la historia de Venezuela? La mejor pregunta, atención. Es que en la historia de Venezuela que todavía se imparte en nuestros colegios cuenta con una pesada carga eurocentrista. Se ha dado desde siempre, poco o casi ningún espacio a la importancia que tuvo el cierre de la Ruta de la Seda como consecuencia de la toma de Constantinopla por los turcos en el año 1453. Más allá del hito histórico empeñado en dividir la historia, nos anuncia la llegada de la edad moderna, pero poco habla de la ideología de la modernidad.
Apenas se habla de que Colón encontró al mar de las Antillas navegando sobre la línea del Trópico de Cáncer, estaba obsesionado por encontrar la legendaria Catay, que según un mapa que le había proporcionado el astrónomo florentino Pablo del Pozzo Toscanelli (1397-1482), lo llevaría a la legendaria Catay, región de China presente en los relatos de Marco Polo. Por dicha obcecación no se topó con las Antillas Mayores a cambio atracó en la Isla de Guanahaní, al norte de Cuba en las Bahamas, si hubiera estado buscando tierra, debió sentir la cercanía de Cuba, pero él quería llegar a China, y creyó estar en las cercanías de la India. El tema es que después de quinientos años se está reestableciendo la ruta de la Seda, y aunque nos parezca muy lejos China concentra el 30% de la inversión exterior en Hispanoamérica, tiene que ver con nosotros porque en un salto cuántico de quinientos años, y he allí la Trampa de Tucídides.iv El historiador griego señalaba que cuando una potencia decadente le hacía la guerra a una en ascenso, tenía grandes posibilidades de salir con las tablas en la cabeza. China regresa como economía más grande del planeta, y he allí la causa de la Guerra comercial contra ella.
Notas
i Mao Zedong 13 de diciembre de 1964 en: Peking Review, no. 52, diciembre de 1977
ii Enrique Dussel La Modernidad como concepto
hegemónico.
iii ://www.bbc.com/mundo/video_fotos/2016/05/160516_video_revolucion_cultural_china_mao_aw).
iv Término acuñado por Graham Allison (1940) quien hasta 1947 fue director del Centro Belfer de investigaciones políticas y relaciones internacionales de la universidad de Harvard.