lunes, 16 de octubre de 2017

Miranda en el tiempo histórico por Eloy Reverón

El siglo XVIII comienza con el reinado del duque de Anjou, nieto del Rey Sol, Luis XIV. Con el nombre de Felipe V,  un rey francés quien acude a sus paisanos para transformar el reino de España. Francia había sido el país europeo que mejor se había beneficiado de las riquezas del llamado Nuevo Mundo. Era la Atenas de la Modernidad.
España había transferido geográficamente toda su cosmovisión al mundo colonial que había creado sobre los escombros de más de veinte o cincuenta mil años de historia. Los cuatro principios constitutivos de su cosmovisión se habían transmutado en cuatro vectores de su fuerza de dominio colonial. Las ganancias generadas por la mano de obra desechable primero, y luego la acumulación del capital gracias al plus valor generado desde el triángulo económico de la trata de esclavos que terminaría asentando las bases de lo que sería el sistema capitalista, y toda la rígida formación socio económica colonialista, esclavista implantada durante tres siglos de dominio, no solamente comenzaría a desquebrajarse ante el surgimiento de novedosas relaciones de producción, sino que además, desde el centro geográfico desde donde se proyectaría aquella inmensa riqueza de donde surgiría la inteligencia que cuestionaría las bases de aquella dominación, y es en el Archivo de Francisco de Miranda, donde se relata, día a día, como ese cuestionamiento se fue forjando en la inteligencia y orden de aquel personaje de leyenda, revelado, documento por documento, todo el inmenso proyecto de una Gran Reunión Americana, que lejos de ser entendida vulgarmente como una utopía, se trata de un proyecto político, arquitectónicamente diseñado por este extraordinario ser humano, de cuyo testimonio nos ocupamos.

Cuando Francisco de Miranda llega al mundo, las medidas económicas tomadas por los Borbones estaban marcando su sello en la economía de América. Comenzaban a transformarse las relaciones comerciales alterando los precios de algunos renglones para bien y otros para mal. Esa intervención arbitraria y el crecimiento de una sociedad colonial con privilegios sociales generó cierta fricción entre criollos y peninsulares que terminarían afianzando sentimientos de nacionalidad con un trasfondo económico no muy reconocido o visibilizado por la historiografía tradicional, y que presenta, una visión plana de los antecedentes de una independencia que tampoco existió de manera integral, sino que en la realidad fue la salida política y momentánea a un estallido social, no en balde Simón Rodríguez ilustró la idea de que no hubo independencia sino un armisticio.
La visión tradicional de los antecedentes se limita a la simpleza de que fueron reacciones políticas que precedieron en el tiempo a una realidad que definieron como independencia, la cual solo existió en los libros de historia. El hecho más relevante de las políticas borbónicas en Venezuela fue la creación de la compañía Guipuzcoana, y más a nivel continental, el hecho de que todas las guerras en que los franceses se involucraron en Europa, ligaron a España a ese mar de intrigas, las cuales repercutieron de manera acentuada en América.

Estas intrigas europeas motivaron casos en que las colonias pasaban de una administración francesa o de una española a formar parte de Inglaterra como el caso de La Habana que cayó en manos inglesas cuando Miranda tenía doce años de edad. O el caso de España que sede a Santo Domingo en 1795 y Trinidad en poder de los británicos en 1798. Pero más allá de la ocupación militar y económica está el asentamiento mental de una cultura de dominación a cual se enfrentó Francisco de Miranda, primero a través del ejercicio constante de la lectura analítica. (El Gran Arquitecto de la Liberacion Americana: (Francisco de Miranda De-colonizador) (Spanish Edition) Oct 5, 2017)

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