El
concepto de historia se presenta amplio debido a que a través del
mismo tiempo vivido por generaciones, desde antes de la invención de
la escritura, el ser humano ha intentado preservar la memoria propia
y la de sus antepasados, y la forma de hacerlo se adapta a cada
tiempo y al espacio de diferentes culturas donde esta se ha
cultivado. Para unos, la historia ha sido concebida como disciplina
científico social que investiga e interpreta hechos delimitados en
el tiempo y el espacio para entender y explicar los procesos de
cambio social, económico, político y cultural que día a día se
desenvuelven en la sociedad.
La
historia cuenta con su teoría y su método de investigación. Existe
la filosofía de la Historia y la Historia de la Filosofía y la
historia de todas las cosas sagradas y profanas. Así como también
este oficio de historiar cuenta con disciplinas afines que se pueden
confundir con ella. Me refiero a la cronología, que narra una
sucesión temporal de hechos importantes relativos a un tema que esté
tratando el investigador histórico. También podemos hablar de la
Paleografía que desarrolla destrezas para la interpretación de la
caligrafía y ortografía de diferentes épocas y lugares. También
contempla la posibilidad de auxiliarse con otras disciplinas del
saber como la estadística, la entrevista, la fotografía,
cartografía, la filosofía y pare usted de contar.
Existen
muchas técnicas aplicables que provienen de la adecuación
informática de las clásicas fichas de cartón para desarrollar un
Plan General del Estudio Histórico o un Plan General para un Estudio
Biográfico, diferente a la clásica biografía, en cuanto a la forma
sistemática y conceptual con que se tratan las fuentes y se redactan
los resultados. De tal manera que la historia se puede estudiar y se
puede investigar. Unos se especializan en enseñarla en el sistema
educativo y otros en investigarla para preservar la memoria social.
Toda investigación histórica es provisional. Esto se debe a que los
hechos del pasado cobran relevancia distinta cada día en cuanto al
significado que adquieran durante cada momento presente. En este
momento presente estamos viviendo una historia que venimos
protagonizando de manera anónima, en la mayoría de los casos, pero
ninguna o ninguno está exento de responsabilidad con respecto a todo
lo bueno y lo malo que sucede a nuestro alrededor.
Desde
tiempos inmemoriales, el ser humano ha sido cautivado por la
necesidad de preservar la memoria propia y la de sus antepasados.
Cada cultura y cada civilización ha concebido la historia de acuerdo
a sus necesidades y características peculiares. Observemos el caso
de una civilización tan antigua como de una religiosidad que
sobresale entre todos los rasgos de su cultura. La India, su memoria
historia más antigua es una tradición oral de unos textos que
recién fueron transcritos de la memoria de sus declamadores al
idioma sánscrito en lenguaje escrito hace cerca de 800 o 400 años
antes de Cristo, son los Upanishads, más de 200 libros
sagrados hinduistas que recogen la sabiduría y el misticismo hindú.
Otro
ejemplo de historia antigua lo rebela un mensaje expresado mediante
lenguaje jeroglífico en técnica de pintura sobre la pared de un
monumento funerario egipcio, el Libro de los Muertos, como ha
sido catalogado en el mundo moderno occidental. Su interpretación
histórica nos proporciona la enseñanza de una tradición ético
política que será apropiada por las culturas cristianas, musulmanas
y modernas occidentales. Es nada menos que la invención de la
consciencia singular ético política que sitúa al individuo en el
horizonte público cuando es presentado al dios Osiris, el ojo que
todo lo ve, el cual aparece en medio de un triángulo, allí se le
recuerda si cumplió con el compromiso ético de dar pan al
hambriento, se le recuerda en un juicio ante la humanidad, testimonio
de un influjo posterior en las culturas de la Hélade y las culturas
semitas.
Pero
la primera visión o concepción universal viene de la cultura
cristiana, una religión universal, que en principio era una
comunidad ética, crítica del Imperio Romano, cuya intención
inicial no era convertirse en un Estado Político. Son textos
escritos en lenguaje simbólico que ofrecen la relectura posterior
aplicable a situaciones en diversos tiempos históricos. Una historia
con fines didácticos, con importancia notable a lo largo y ancho de
la humanidad.
Entre
las diversas y antiguas formas de divulgar la Historia está el
relato épico, en Grecia la Ilíada que narra las hazañas de los
griegos en la guerra de Troya, así como el Poema del Mio Cid, como
relato histórico literario de la identidad ibérica. En Venezuela
tenemos nuestra épica inaugurada con la Venezuela Heroica de
Eduardo Blanco.
Durante
la llegada de los Europeos vinieron los cronistas de Indias, podemos
citar al mismo Diario del Almirante Cristóbal Colón, o la
Brevísima Historia de la Destrucción de las Indias firmada
por Fray Bartolomé de las Casas. Dato curioso, esta historia fue uno
de los primeros libros que compró Francisco de Miranda cuando llegó
a España, y el primero que utilizó Simón Bolívar para su
investigación histórica que tuvo como resultado la famosa Carta
de Jamaica.
Ellos
dos fueron ejemplo de otro militar quien ostenta el reconocimiento
histórico de que influyó notablemente en el rescate de la memoria
histórica del venezolano, el comandante Hugo Chávez F., con su
Árbol de las Tres Raíces. Un fundamento histórico para
soportar ideológicamente el proyecto político liberador
identificado como Revolución Bolívariana. A ese Árbol le han
aparecido nuevas raíces y aún frutos. Es una memoria histórica que
se preserva y una historia de una filosofía de la Liberación
Latinoamericana, cuyo punto de partida ha sido la praxis
revolucionaria de Simón Bolívar.
Otro
aspecto que recobra la historia relevancia para el profesional de la
Fuerza Armada Nacional Bolivariana, es el sentido histórico de los
cinco objetivos históricos del Plan de la Patria, que está aprobado
como Ley para la ejecución de las políticas públicas del Estado.