El mundo era tan reciente que las cosas no tenían nombre. Para mencionarlas había que señalarlas con el dedo. La fiebre del insomnio que nos envuelve en la actualidad no es de Cien Años de Soledad. Es de medio milenio de olvido. El genio no muere, lo que se descompone es la ropa que vistió durante esta vida.
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