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lunes, 8 de diciembre de 2014

Historia de Venezuela I De la Civilización Moderna a la Colonialidad del Poder Eloy Reverón

La caída de Constantinopla bajo el dominio de los turcos, privaría a la periferia del mundo mediterráneo de la posibilidad de comerciar con China y la ruta del centro comercial mundial de 1453, y todas las fuerzas históricas que se desataron de esa circunstancia. Allí está la importancia de un hecho transcendental que ha sido motivo para establecer un antes y un después distintos, lo que marca un nuevo rumbo a la historia. En el caso de la Edad Moderna, el nacimiento de una nueva civilización. La civilización europea. Llamada también Occidental, aunque desde nuestro punto de vista se encuentra a nuestro oriente, tal como la China nos queda hacia occidente, aunque nuestra mentalidad colonizada la piense como si estuviéramos en Europa.

Vamos a reflexionar un poco sobre la civilización moderna, más allá de lo que hemos comentado en relación a la Edad Moderna y la Modernidad. Civilización Moderna desde la perspectiva del establecimiento de un orden civilizatorio que gira en torno a valores diferentes a los del mundo antiguo o de lo que ellos llamaron Edad Media.
En el DRAE, moderno está identificado como un adjetivo perteneciente o relativo al tiempo de quien habla o a una época reciente. ¿Y entonces contemporáneo? Contemporáneo de la misma época. Francois Gizot (1787 1874) historiador francés nos habla de civilización europea como la civilización que surge de las ruinas del Imperio Romano. Ya para 1839, fecha de publicación de la versión en español de su Historia General de la Civilización Europea o (Curso de Historia Moderna), establece en el mismo subtítulo un período comprendido entre la caída del Imperio Romano hasta la Revolución Francesa. Lo relevante es que revela un sentido civilizatorio de Europa.

Alude Gizot a una vinculación con la “perfección de la vida social, el desenvolvimiento de la sociedad propiamente dicha, de las relaciones de los hombres entre sí. (…), la más viva actividad, y la mejor organización de las relaciones sociales: de una parte una producción siempre en aumento, de fuerza y de bienestar material, y de otra la más equitativa distribución de ese mismo bien estar entre todos los individuos de la sociedad.” (p12) No hace falta ahondar mucho en la lectura ni en el análisis del discurso de este historiador para darnos cuenta de que la idea de civilización moderna está vinculada al mundo surgido de las ruinas del Imperio Romano. Pero sobre todo a la presencia de una vida de mayor entendimiento donde el individuo goza del bien estar social, generado por esa fe en el progreso. Pero eso es en 1830, y en Francia habla de humanismo como algo propio de la vida en la ciudad, pero como algo que se hace presente pero sin pensar de dónde llegó ese humanismo.
En su lugar Gizot asume esta posición: “Va por fin la civilización europea, permítaseme decirlo, de acuerdo con la verdad eterna, ha entrado por fin en el vasto plan de la providencia: marcha de conformidad con las miras del Ser supremo. Tal es el principio racional de su superioridad” (pp 37-38)
En esta imagen, el pintor Eugène Delacroix,
ilustra la IV Cruzada,
precisamente sobre Constantinopla
 1.- La organización municipal; 2.- El patronazgo militar; 3.-  La invasión agarena (árabe)
Gizot habla de las cruzadas como un hecho universal y europeo, la cristiandad como un elemento común de la Europa como nación. ¿De dónde viene ese fervor por conquistar los lugares santos? Cuando en el siglo XIII los musulmanes avanzan sobre Asia, ya nadie quiere conquistar Tierra Santa. En todo caso son empresas particulares y aisladas. Se pregunta Guizot ¿qué ha pasado?, el odio ciego hacia los musulmanes reflejado en las primeras cruzadas ya no está presente, por ejemplo en las crónicas de Guillermo de Tiro. No parece percatarse Gizot que este hombre es nacido en 1130, y pertenece a una segunda generación de cristianos establecidos en Jerusalén. …, nos dieron las cruzadas por primero y principal efecto, la emancipación del espíritu, un grande adelanto en los conocimientos, mayor extensión en las ideas, mucha más libertad en emitirlas.”(p.223)
La reflexión de Gizot avanza hacia el reconocimiento de la existencia, no solo de una cultura diferente, sino más adelantada. En la siguiente página se acerca al asunto sin rodeos. “Halláronse en contacto no solo con dos civilizaciones diferentes, sino mucho más adelantadas que las de su patria: tales eran el pueblo griego, y la sociedad musulmana.(p224)
Da cuenta de las investigaciones de Jean Pierre Abel-Remusat (1788 1832) pionero sinólogo francés quién menciona a los primeros lazos diplomáticos y comerciales que establecen los europeos a partir del siglo XII, da razón de religiosos italianos, franceses y flamencos, se vieron honrados con misiones diplomáticas en la corte del Gran Kan. A partir de allí, numerosos viajeros y aventureros que regresaron a Europa con sus historias y con el respectivo aprendizaje de aquellas culturas.
Pero el salto cuántico definitivo es percibido a partir de la caída de Constantinopla y el éxodo de intelectuales griegos a Florencia, con la creación de la Biblioteca y la Academia Platónica dentro de un movimiento cultural que será identificado como el humanismo.
 Cuando preguntamos la diferencia entre Modernidad y Edad Moderna. La idea es para que sitúen a la Edad moderna como un período histórico, y a la Modernidad como el acontecer, el aprendizaje, las situaciones políticas y geoestratégicas que sacaron a aquellos reinos europeos Castilla, León y Portugal,  impulsados por las finanzas y el talento Florentino encarnado en personajes como Américo y Simonetta Vespucci, Nicola Maquiavelo, Pico de la Mirándola, sobre todo este último, el menor de los Humanistas, financiados por los Medici, después que no podían invertir su dinero en comercio con la China porque los turcos serraron el paso de la Ruta para la el comercio de la Seda y las especias de Oriente.
La modernidad surge en dos caras, la cara dominadora de un Pico de la Mirándola quien dice que el ser humano puede conquistar el mundo porque dispone con los medios para hacerlo. Así entran en la modernidad. El tema es que la modernidad tiene otra cara, la cara que ellos no reconocen como humanos, es el dominado, el excluido, el indio y todos sus descendientes a quienes llaman sudacas. El excluido, el otro, no existe para ellos desde su humanidad, los humanos son ellos, no reconocen, ni al pobre, ni al negro ni al indio como a un igual. Eso es la modernidad como concepto hegemónico. Latinoamérica es la otra cara, la olvidada, la excluida de esa modernidad. La historia como concepto estratégico les dice no, somos transmodernos: trascendemos la modernidad en la teoría revolucionaria de Simón Bolívar, y todos los filósofos que tras su praxis revolucionaria han contribuido a construir la filosofía latinoamericana como liberación. Por allí van los tiros
En la sala de sesiones de la Sociedad Patriótica, club revolucionario de caracas, Simón bolívar, en un vehemente discurso, exige la pronta declaración de la independencia de Venezuela por el Congreso Nacional. Estas palabras fueron pronunciadas durante la noche del 3 al 4 de julio de 1811

No es que hay dos congresos. ¿cómo fomentarán el cisma los que conocen más la necesidad de la unión? lo que queremos es que esa unión sea efectiva y para animarnos a la gloriosa empresa de nuestra libertad; unirnos para reposar, para dormir en los brazos de la apatía, ayer fue una mengua, hoy es una traición. Se discute en el congreso Nacional lo que debiera estar decidido. ¿y qué dicen? que debemos comenzar por una confederación, como si todos no estuviésemos confederados contra la tiranía extranjera. Que debemos atender a los resultados de la política de España. ¿Qué nos importa que España venda a Bonaparte sus esclavos o que los conserve, si estamos resueltos a ser libres? esas dudas son tristes efectos de las antiguas cadenas. ¡Que los grandes proyectos deben prepararse con calma! trescientos años de calma ¿no bastan? la Junta Patriótica3 respeta, como debe, al congreso de la nación, pero el congreso debe oír a la Junta Patriótica, centro de luces y de todos los intereses revolucionarios.

Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad suramericana: vacilar es perdernos.
Que una comisión del seno de este cuerpo lleve al soberano congreso estos sentimientos.

Esta visión de trescientos años en retrospectiva no es fortuita. Es una visión estratégica de la historia. Luce el estratega que puede sentir la independencia como una consecuencia de la Conquista. Esto que parece trivial, o hasta una locura, es simplemente la observación del plano temporal histórico, como un inmenso teatro de operaciones donde se debate la dialéctica de la resistencia y la dominación, cuando la primera es superior a la segunda, estamos camino hacia la liberación. Ese el tema de la historia estratégica. Lo pensaremos aparte.

Por ahora nos interesa dejar sentado, que desde ese movimiento, el de los humanistas está el menor de ellos, Pico de la Mirandola, quien lanza la idea de que el ser humano está destinado a la conquista del mundo porque ya posee todas las cualidades y los medios para hacerlo. Esto sale del mismo lugar en Florencia, de donde sale Américo Vespucci, a quien debemos el nombre a Nuestra América, como la llamara por primera vez Francisco de Miranda, y lo acuñara José Martí. El tema es que es también desde Florencia donde sale la idea de hacerla nuestra. En ese tema de nuestra es donde está la médula del asunto.

Tenemos entonces que el llamado descubrimiento de América, es una empresa florentina, están las finanzas de la empresa, está también la ideología que se acomoda tras ella. El ser humano dice Pico. El tema es precisamente ese ¿Quién es el ser humano para el dominador? Simplemente los dominadores, el resultado de aquella empresa, serán llamados indios, aunque no fueran de La India, se les llamó así porque da lo mismo cuando se trata del otro, es distinto, el inferior. Pudieron haberlo llamado sudaca, total desde el punto de vista del dominador da lo mismo, el otro, la cara del otro dominado no es la cara de un igual, es el rostro de un dominado, incluso llegaron a poner en duda su condición humana. Hubo la polémica de si tenían o no alma los indios. De ese debate, desde ambos lados de la polémica saldrán dos visiones de la historia, la visión del dominador, que tratará de justificar su dominio; y la filosofía como liberación, como defensa de la humanidad de los indios. Una historia como liberación. La cual se opondrá a la colonialidad del poder. Pero ese tema lo vamos a exponer aparte. Por ahora la idea principal, lo que subyace en lo antes expuesto es que mientras América es sometida al poder colonial, Europa construye las bases del eurocentrismo, la Civilización Moderna.

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